es

LA AVENTURA EN BICICLETA DE F. BUDICKI

Ferdinand Budicki, quien introdujo el primer automóvil y la primera motocicleta en Zagreb en 1901, fue una de las celebridades más interesantes relacionadas con las novedades deportivas de Croacia, y se lo recuerda como uno de los atletas, emprendedores y aventureros más interesantes de Zagreb y de Croacia.

Hay una historia interesante sobre la aventura que este atleta infatigable emprendió en bicicleta. Luego de haber trabajado para la prestigiosa empresa Siemens en Berlín, la nostalgia por su hogar lo arrastró de nuevo a Zagreb, adonde llegó en bicicleta. Sin embargo, para Budicki, las vueltas en bicicleta de mil kilómetros ya eran pan comido. Su espíritu inquieto buscaba desafíos más grandes.

En 1897, ansioso por una aventura transcendental, emprendió un largo viaje sumamente desafiante en bicicleta, financiado exclusivamente con su propio dinero. El viaje comenzó el 9 de mayo en Berlín y, con una determinación aventurera, atravesó Europa y el norte de África, y recorrió 17 323 kilómetros en ocho meses. Viajó con dos amigos suecos, Almrod y Mechler. Aceptó manejar un tándem con uno de ellos por Alemania, Rusia y Finlandia hasta llegar a Estocolmo, donde continuaría con el otro. Sin embargo, una cosa son los planes y otra diferente es la realidad. Cuando llegaron a Dresde, Almrod estaba demasiado cansado para continuar el viaje.

Photo credit: Hrvatski športski muzej

Esta desgracia no disuadió a Budicki e inmediatamente envió un telegrama a la fábrica en Brandemburgo para que le enviaran una bicicleta Alexander a Breslavia, donde retomaría por su propia cuenta. Efectivamente así fue; primero pasó por Varsovia hasta Moscú y desde allí llegó a San Petersburgo. En Peterhof se estaba organizando una carrera ciclista, así que Budicki se inscribió como participante. A pesar de la fatiga y del hecho de que su bicicleta no era una bicicleta de carrera, logró el primer puesto y ganó un premio estupendo. Dado que la prensa de Zagreb ya seguía la aventura de Budicki, este les informó a los ciudadanos que a su compatriota «lo recibieron perfectamente bien por toda Rusia, especialmente en Moscú y en San Petersburgo, como eslavo que había emprendido tal hazaña».

Sin embargo, Budicki no se detuvo allí. Pasando por Víborg, Dinamarca, llegó a Helsinki, en donde justo se celebraba el décimo aniversario del club ciclista finlandés. Allí aparentemente se lo «recibió de manera muy cordial y recibió una gran ovación en el congreso». Desde Helsinki, cruzó a Estocolmo en barco de vapor; luego pasó por Copenhague y, por último, bajó hasta Hamburgo y Bremen. En la continuación del viaje, pedaleó por Osnabrück hasta los Países Bajos, y atravesó Ámsterdam y Róterdam. Después continuó hacia Bélgica, específicamente hacia Amberes y Bruselas.

Photo credit: Hrvatski športski muzej

El trayecto de Budicki que desafiaba todas las posibilidades lo llevó a atravesar Aquisgrán, Colonia, Basilea, Berna y Lucerna, hasta llegar a Italia. Pasó por Milán y Turín, luego cruzó a Francia, en donde procedió hacia Lyon, Dijon, París y, finalmente, a través de Calais y Dover hasta Londres. Luego de viajar por toda Inglaterra, regresó a Francia, fue hasta Cherburgo y bajó hasta Burdeos, desde donde procedió hacia España. Tras haber pasado por Madrid, Granada y varias ciudades más en su trayecto, cruzó a África en barco de vapor. Recorrió Argelia y Túnez con sus altas temperaturas y luego, en otro barco de vapor, regresó a Italia; entonces, recorrió el país desde el sur hasta Trieste. Desde allí, por su puesto, partió a Zagreb.

De más está decir que en Zagreb lo recibieron con aplausos. Si bien fue algo increíble, para Budicki, solo fue una de las tantas aventuras de su vida.